Durante años y años nos han enseñado que se conversa con otros, pero que, para leer y escribir sin distraernos, para hacerlo bien, debemos hacerlo en soledad, en silencio. Estas notas hablan de lo contrario. No niegan la importancia del esfuerzo individual, pero tratan de mostrar que la lectura y la escritura compartida deberían ocupar un lugar central en la escuela cotidiana. Y la escuela cotidiana es el aula, la casa, el mercado, el camión, la plaza, la reunión de amigos, o sea, la vida toda, con sus días, sus noches, sus logros y sus fracasos.Los y las invito a que compartamos estas lecturas,a que hagamos con las palabras compartidas fiestas de gozo y libertad. (Prologo, Gerardo Cirianni)